Consejos para desarrollar una versión imprimible de nuestro sitio web

La opción de imprimir una página web en papel existe casi desde los inicios de la Web, pero los cambios de la tecnología han ido mejorando notablemente esta herramienta. El botón para imprimir puede aparecer en uno de los menús del browser o bien como parte de la misma página, si nos encargamos de incluirlo en el diseño. De ahí en más, debemos entender que el papel no es igual a la pantalla. Si no ofrecemos una versión de la página adaptada para impresión, el usuario terminará imprimiendo una copia exacta de la página web, que puede funcionar bien en su dispositivo pero ser imposible de leer en un medio gráfico. En ese sentido, tenemos al menos tres opciones:

  1. Ofrecer una versión de la página en PDF.
  2. Tener una hoja de estilos aparte para impresoras.
  3. Usar media queries para modificar nuestros estilos en función del medio, estableciendo reglas CSS específicas para impresoras.

Permitir descargar un PDF puede ser útil no solo a los fines de imprimir la página, sino también porque hay ciertos tipos de contenido (por ejemplo, libros y artículos académicos) que resultan más cómodos de leer de manera offline. Sin embargo, nunca debe ofrecerse como única opción, ya que el usuario puede no tener soporte de PDF (ni en el browser ni en su dispositivo).

La segunda opción nos obliga a crear un documento CSS aparte, lo que puede ser una molestia para el mantenimiento del código.

El tercer enfoque no tiene ninguno de esos problemas. Suele ser el mejor método, pero es también el más nuevo, así que no nos conviene si queremos brindar soporte a browsers antiguos.

Cualquiera sea la técnica empleada, a la hora de diseñar la versión de impresión debemos aplicar estas medidas:

  • Eliminar los elementos de navegación, como el menú superior, la sidebar y la barra de búsqueda. Son inútiles en papel.
  • Expandir el área de contenido a un ancho del 100%, de manera que ocupe toda la hoja.
  • Hacer que todo el texto tenga color oscuro y el fondo sea blanco.
  • Aplicar márgenes usando centímetros, no píxeles ni puntos.
  • Limitar el ancho de las imágenes, de manera que no queden cortadas por los bordes de la hoja.
  • Cambiar la tipografía a una que sea fácil de leer en papel (por ejemplo, Times New Roman).
  • Recordar que los enlaces no sirven en papel. Se los puede «eliminar» (quitándoles sus rasgos distintivos, como el color azul y el subrayado) o indicarlos colocando la dirección a la que apuntan al lado del anchor text, para que eventualmente el lector la ingrese de forma manual en el browser.
  • Conservar información que le ayude al lector a recordar de dónde imprimió el texto, como el logo del sitio o un mensaje indicando la URL.

Siguiendo estos consejos les daremos una mejor experiencia de lectura a quienes prefieran consumir nuestros contenidos desde el tradicional papel, un medio que está lejos de desaparecer.